1 DE DICIEMBRE DE 2022
«¿Qué es el tiempo? ¿Hasta qué punto lo entendemos? ¿Existimos en el tiempo o el tiempo existe en nosotros?» Así comienza la descripción del libro que tengo en mi velador este mes y eso me hizo pensar, inevitablemente en los plazos de entrega de diseñadores y creativos.
Por cierto, el libro de Carlos Rovelli es El orden del tiempo. Este:

¿Cómo experimentamos el tiempo los creativos? Mi yo del pasado lo sufría, en gran medida por la falta de experiencia. Cometía errores y entregaba tarde. No era hábil midiendo el tiempo que requería para realizar determinada tarea. Además, me dejaba influenciar por personas que imponían sus propios plazos y eso evidentemente, no funcionaba. ¿Qué pasó? Tiempo. El paso de los años de trabajo me enseñaron a cronometrar. ¡Gracias, señor tiempo ⏳!
Lo que mejor me ha funcionado para destacar entre mis pares no es la máxima creatividad deslumbrante, sino la capacidad de saber calcular plazos de entrega. Sí, es mi secreto o era mi secreto hasta antes de escribir este post. Poder asegurar al cliente que el producto estará en el día acordado, es un arte que paga bien. En mi caso, hablamos de productos digitales: banners, fotografías, piezas para Google Ads. ¿Para hoy? no problem mientras se ajuste a mi agenda. Si no, se acomoda por allí. Adoro ese juego de tetris que es mi tablero de Atlassian con tareas diarias y semanales. Muevo bloques, juego con las prioridades, me lo gozo. Gozo manejar el tiempo. Mi tiempo, que se entrelaza con el de mis clientes y así vamos contando las horas y los días en un flujo imparable de plazos de entrega y satisfacción. Diría que aprendí a valorar el tiempo propio y el ajeno. Respetar los plazos de entrega es eso: muestra de respeto al otro y su propio tiempo. Y en eso he sido implacable, casi obsesivo. Y no voy a parar. Continuaré esforzándome por mejorar mis tiempos de entrega y vencer los mortales deadlines.

Vuelvo un minuto al libro, que se divide en tres partes: la primera aborda lo que a día de hoy sabe la física sobre el tiempo y los cambios radicales que se han producido en torno a algunos temas que se daban por cerrados; la segunda se centra en la gravedad cuántica y aborda la idea de un mundo sin tiempo, mientras que la tercera explora el nacimiento del tiempo y el modo en que lo experimentamos.
Un mundo sin tiempo. Esa idea me voló la cabeza. Escapa ciertamente de mi capacidad de reflexión pero eso, se lo dejo a los físicos. Gracias por regalarme estos 2 minutos de tu tiempo. Te dejo la pregunta final ¿Cómo estás manejando el tuyo? ¿Lo estás ocupando en lo que realmente quieres o necesitas para llegar donde quieres?
Edu ✌🏼
